Gianni Vermeersch y su equipo Alpecin-Deceuninck celebraron una excelente performance en la Parijs-Roubaix, conocida como el Infierno del Norte, con Mathieu van der Poel llevándose la victoria y Vermeersch asegurando una impresionante sexta posición.
Un Deja-vu con sabor a victoria
“Es prácticamente un repetir de la edición anterior”, explicó Vermeersch, haciendo referencia al éxito de sus compañeros de equipo y a su propia mejora significativa con respecto al año pasado. La diferencia esta vez fue su posición en el top 10, mejorando su marca previa y subrayando la cohesión y fuerza del equipo.
El esfuerzo detrás del resultado
A pesar de parecer relativamente fresco al cruzar la meta, Vermeersch aseguró entre risas que no se sentía de esa manera. Destacó la importancia de tener un equipo fuerte y cómo, incluso en los momentos difíciles, lograron mantenerse adelante gracias al esfuerzo colectivo.
El dominio de Alpecin-Deceuninck
La estrategia y fuerza del equipo se hicieron evidentes en varias etapas de la carrera. Vermeersch destacó cómo el equipo dominó casi toda la competencia, marcando el ritmo y manteniendo el control en momentos cruciales, lo que les permitió colocarse en posiciones ventajosas y, en última instancia, asegurar la victoria.
Kopgroep van drie
En un momento crítico, Vermeersch, junto con Stefan Küng y Nils Politt, logró separarse, una maniobra que jugó un papel decisivo en la dinámica de la carrera. “Fue crucial estar en ese grupo de tres”, afirmó, subrayando la importancia de la estrategia y el trabajo en equipo para lograr el éxito.
La decisiva ola de ataque de Van der Poel, a casi sesenta kilómetros de la meta, fue un momento de inflexión. Vermeersch reconoció la fuerza de su compañero y anticipó una celebración memorable por el impresionante resultado del equipo.
El equipo Alpecin-Deceuninck demostró una vez más su dominio en una de las carreras de ciclismo más desafiantes, la Parijs-Roubaix, celebrando no solo la victoria sino también la profunda cohesión y espíritu que los caracteriza.