Una oportunidad inesperada
Tim van Dijke, el joven neerlandés de 24 años del equipo Visma | Lease a Bike, fue convocado de última hora para sustituir a Koen Bouwman en el Giro d’Italia. Una oportunidad que no esperaba pero que ha sabido aprovechar al máximo, destacándose en varias etapas de la competencia. «Ha sido todo un descubrimiento», afirma Van Dijke.
Un comienzo prometedor
Durante los primeros días, Van Dijke jugó un papel crucial como lanzador de Olav Kooij, el sprinter del equipo. A pesar de algunos fracasos iniciales, la perseverancia y el trabajo en equipo finalmente dieron sus frutos. «Fue decepcionante al principio, pero sabíamos que teníamos el potencial», comenta sobre sus primeras etapas.
De la euforia a la desilusión
La victoria de Kooij en la novena etapa hacia Nápoles fue un momento de gran alegría para Van Dijke. «Sentí una emoción indescriptible, casi como si hubiese ganado yo mismo», recuerda. Sin embargo, la felicidad se transformó rápidamente en tristeza tras las retiradas por enfermedad de Kooij y el líder de la clasificación general, Cian Uijtdebroeks. “Fue un duro golpe para el equipo, teníamos grandes expectativas», explica Van Dijke.
Manteniendo el espíritu de lucha
Lejos de desmotivarse, el equipo decidió seguir luchando. «El día que Cian se retiró, Edoardo Affini y yo atacamos. Esto demuestra nuestra determinación de seguir compitiendo», destaca Van Dijke. Con la vista puesta en las últimas etapas del Giro, Van Dijke se muestra ansioso y listo para apoyar al equipo en las próximas sprints masivas.
Continuar luchando hasta el final
Van Dijke y su equipo no piensan rendirse y ya planean sus próximos movimientos. «Seguiremos peleando y haciendo planes para cada etapa que resta. Personalmente, espero competir en las sprints masivas que están por venir. Me siento aún en forma y entusiasmado por lo que nos espera en la última semana», concluye con optimismo.