Thijs Zonneveld y la inoportuna pinchadura que marcó su paso por Unbound

Una mezcla de orgullo y decepción es lo que envuelve a Thijs Zonneveld tras su participación en la reputada carrera de gravel de Unbound. El ciclista y periodista neerlandés fue protagonista durante la exigente competición sobre los caminos de gravel de Estados Unidos, integrando la escapada decisiva, pero una inoportuna pinchadura le costó caro.

Un posible triunfo esfumado

Zonneveld vio cómo se esfumaba una destacada clasificación, y posiblemente también el triunfo, debido a este percance. «Muy orgulloso y muy decepcionado al mismo tiempo», compartió sus sentimientos en Instagram. A pesar de las dificultades para llegar en forma a Unbound, finalmente encontró su ritmo justo a tiempo. «Todo estaba en su lugar: mis piernas, mi equipo BEAT Cycling, mi equipamiento y la estrategia de neumáticos, todo fue perfecto».

La maldición de la última piedra

Desafortunadamente, una piedra mal colocada fue suficiente para arruinar su carrera. Zonneveld, que logró desmarcarse junto a Lachlan Morton y Chad Haga, últimos en clasificar primero y segundo respectivamente, fue víctima del infortunio: «Pinchar cuando estás en el grupo de cabeza de tres duele diez veces más». A pesar de felicitar a Morton por su desempeño, Zonneveld expresó su frustración y su intención de superar el momento con pizza y cerveza.

Detalles de una estrategia cuidadosamente planeada

En su podcast In het Wiel para el Algemeen Dagblad, Zonneveld compartió más detalles sobre su estrategia y preparación para esta prestigiosa carrera de gravel. «Analizamos el recorrido y ajustamos nuestra estrategia de neumáticos en consecuencia, optando por cambios según las variaciones del terreno». Esta cuidadosa planificación parecía haber dado sus frutos hasta el inesperado contratiempo.

El temor de todo ciclista: «El peor sonido imaginable»

El ciclista neerlandés recordó el momento de la pinchadura como el peor sonido imaginable, en especial cuando se sentía fuerte y capaz. Sin embargo, mantuvo su integridad, a diferencia de otros corredores que sufrieron percances similares pero con consecuencias más graves. Aunque Zonneveld logró continuar, la perdida de tiempo fue decisiva, relegándolo al 31er lugar, casi veinte minutos detrás de Morton, el ganador.

Zonneveld concluyó con sentimientos encontrados: orgullo por haber competido con la posibilidad de ganar a sus 43 años, pero profundamente decepcionado por cómo un evento fortuito pudo cambiarlo todo. «Es difícil»>, admitió, anticipando algunas noches de desvelo mientras procesa lo ocurrido.

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