En una de las escenas más inusuales de la penúltima etapa de la Ronde van Catalonië, el ciclista esloveno Tadej Pogacar se encontró con un obstáculo poco común: una motocicleta de policía.
**Un incidente inesperado en la carrera**
Durante el ascenso final, Pogacar no solo tuvo que lidiar con la presión de sus rivales sino también con una inesperada interrupción. Mientras luchaba por mantener su posición, se vio bloqueado por una motocicleta policial que obstaculizaba su camino, lo que provocó una reacción poco común en el corredor.
**La frustración lleva a la acción**
Atrapado en el calor del momento y la frustración por el impedimento, Pogacar decidió tomar cartas en el asunto. En un gesto de evidente disgusto, **le dio varios golpes a la motocicleta policial** mientras la pasaba, un total de tres veces, comunicando así su molestia por la situación.
**Un incidente sin malas intenciones**
Aunque el acto de Pogacar fue claro, también lo fue que no tenía la intención de causar daño. El líder de la Ronde van Catalonië expresó su frustración de manera visible, pero el incidente no pasó a mayores, siendo visto como un acto más de impulso que de agresión.
**Ecos del pasado en el Tour de France**
Este evento trae a la memoria situaciones similares vividas en competiciones anteriores, como la Tour de France más reciente, donde Pogacar también enfrentó dificultades debido a motocicletas de televisión que bloquearon su intento de ataque durante un momento crucial de la carrera. Aquellas motocicletas terminaron siendo retiradas de la competencia.
El encuentro de Pogacar con la motocicleta policial en la Ronde van Catalonië sirve como un recordatorio de los inesperados desafíos que los ciclistas pueden enfrentar, más allá de la competencia misma.