Tadej Pogacar ya era considerado el gran favorito al inicio de la Vuelta a Cataluña y, después de la primera etapa montañosa, parece haber asegurado prácticamente la victoria final. El líder del UAE Emirates dejó atrás a sus rivales durante la subida final a Vallter 2000, tomando una amplia ventaja en la clasificación general.
Una victoria conquistada entre adversidades climáticas
A pesar de su dominante actuación, Pogacar reconoció lo duro que fue llegar a la cima a 2.146 metros sobre el nivel del mar. Apareciendo en la entrevista post-carrera con un gorro y una chaqueta de invierno bien gruesa, el ganador del día compartió, todavía temblando: “Empezamos con un clima hermoso, casi veraniego, pero luego las nubes se cernieron sobre nosotros. Desafortunadamente, empezó a llover en la penúltima subida”.
El clima añadió un desafío extra
Lo que ya era una final difícil en papel, se volvió aún más complicado para Pogacar debido a las condiciones climáticas. “Fue realmente desafiante con este clima. Y luego, la subida final, siendo tan empinada y a tal altitud, se siente de inmediato. Esto lo hizo aún más arduo, pero estoy muy contento con esta victoria”, expresó.
Reflexión sobre las demarrages
Pogacar también hizo una breve reflexión sobre sus dos demarrages durante la carrera. “Mi ataque al inicio fue solo un momento divertido con Domen”, se refirió a su compañero de equipo Domen Novak. “Y en la bajada de la penúltima subida, me sentía cómodo. Simplemente mantuve mi propio ritmo. No fue nada especial”, concluyó.