En la etapa inicial del Giro d’Italia, Romain Bardet, junto a Thymen Arensman, emergió como uno de los principales perdedores del día. A poco más de veinte kilómetros para el final, específicamente en el ascenso al Colle Maddalena, el ciclista francés del equipo DSM-Firmenich empezó a quedarse atrás.
La lucha contra el reloj y los rivales
Finalmente, Bardet perdió más de un minuto con respecto a Tadej Pogacar, y quince segundos adicionales frente al resto de sus principales competidores. «Durante la escalada, Romain nos comunicó a través de la radio del equipo que no se sentía bien, siendo esa la primera señal de alerta que recibimos», compartió el director de equipo, Matt Winston, en un comunicado de prensa.
Esperando y mitigando daños
«Chris (Hamilton) y Kevin (Vermaerke) se habían posicionado al frente del pelotón para mantener a Romain en buena colocación, pero tuvieron que esperarlo. Esto nos ayudó a mitigar el daño considerablemente. A pesar de haberse rezagado en un momento dado, nuestros chicos llevaron a cabo una gran persecución», agregó Winston.
¿Se avecina un cambio de estrategia?
«Los ciclistas son seres humanos, y es normal que tengan días buenos y malos. Hoy fue un mal día, algo que esperas no experimentar en la jornada inaugural, pero es lo que hay. Todavía nos quedan tres semanas de competición, y queda mucho por delante. Creo que la clasificación general puede sufrir cambios significativos en las próximas tres semanas. Si logramos avanzar sin perder más tiempo, eso sería positivo. De lo contrario, tendremos que empezar a pensar en buscar victorias de etapa», concluyó el director.