Tadej Pogacar, el destacado ciclista, mantuvo un perfil bajo durante la cuarta etapa del Giro, especialmente en una jornada que, pese a su planitud, concluyó con un emocionante final en el Capo Mele.
Un día calmado en el equipo de Pogacar
«Fue un día relativamente tranquilo, principalmente porque el equipo hizo un gran trabajo», comentó Pogacar en una entrevista post-carrera. «Me mantuvieron seguro y adelante en todas las secciones del recorrido, lo cual hizo que fuera un buen día para nosotros».
Las dificultades de Molano
Juan Sebastian Molano, el sprinter del equipo, tuvo una jornada complicada y no pudo aprovechar su oportunidad. «Fue un día difícil para él. Molano sufrió una caída y tuvo que cambiar de bicicleta en los últimos 15 kilómetros. En estas carreteras, es difícil volver a integrarse, especialmente sin tener al equipo a tu alrededor. Aunque este Giro ha sido duro para él, está disfrutando de la experiencia y aún busca ganar una etapa».
La decisión de Pogacar
Aunque hubo especulaciones sobre si Pogacar asumiría el rol de líder para Molano, el mismo Pogacar descartó la idea. «Habría sido demasiado peligroso, incluso si Molano hubiera logrado volver. En la cima del Capo Mele, preferí mantenerme al margen y observar el caos desarrollarse delante de mí», explicó.
En resumen, la cuarta etapa del Giro ofreció tanto una jornada de relativa calma para Tadej Pogacar y su equipo, como un reto significativo para Juan Sebastian Molano, quien a pesar de las adversidades, sigue comprometido con sus aspiraciones en la competencia.