El velocista alemán Phil Bauhaus ha ganado varias carreras ciclistas a lo largo de su carrera, pero todavía tiene un objetivo en mente. El ciclista alemán anhela lograr una victoria en el Tour de Francia. «Eso significaría mucho para mí», expresa Bauhaus sobre su amor por la competencia francesa.
Un sueño desde la infancia
En una charla con GCN, Bauhaus habla sobre su sueño de participar en el Tour de Francia. «He estado compitiendo desde que tenía siete años, y en ese momento había una gran fiebre por el ciclismo en Alemania, con corredores como Jan Ullrich y Erik Zabel. Siempre veía el Tour en televisión y mi sueño era participar en él. Ahora mi sueño es ganar una etapa en el Tour. Eso significaría mucho para mí.»
La importancia del Tour de Francia
«El Tour es la carrera más grande en el calendario ciclista. Si alguna vez logro ganar una etapa… ya no importará lo que logre en el resto de mi carrera. Será un éxito. Podré retirarme feliz como ciclista.»
Ambiciones y experiencias en el Tour
Este año, el velocista del Bahrain Victorious debutó en el Tour de Francia y se destacó en varias sprints. Bauhaus quedó en segundo lugar en la etapa a Bayona y en tercer lugar en las etapas a Nogaro y Moulins. Sin embargo, no logró terminar su primer Tour con éxito, ya que se vio obligado a retirarse durante la decimoséptima etapa a Courchevel.
Reconocimiento para el conductor del sprint, Van der Poel
«Tenía la velocidad para ganar una etapa en el Tour. Quedé una vez en segundo lugar detrás de Jasper Philipsen, pero Alpecin-Deceuninck tenía un excelente tren de sprint», reflexiona Bauhaus sobre su primer Tour. «Con Mathieu van der Poel como último hombre para Philipsen. Cuando Van der Poel realiza un embalaje final, es muy difícil hacer algo o esperar hasta los últimos 150 metros.»
«Una vez que comienza el sprint, la velocidad es tan alta… es difícil adelantar a otro ciclista. La conducción final marca la diferencia. Definitivamente tenía la velocidad, pero los otros velocistas tenían un mejor tren de sprint a su disposición. Y Philipsen también era un poco más fuerte», concluye Bauhaus.