Durante la conferencia de prensa posterior a su victoria en Parijs-Roubaix, Mathieu van der Poel destacó que el nivel exhibido en su solo de 60 kilómetros rumbo a la victoria estuvo a la altura de su actuación en Glasgow el año pasado, cuando conquistó el título mundial, considerado por él mismo como su mejor desempeño hasta la fecha.
Las impresionantes hazañas de Van der Poel
Ya lo mencionamos tras la Ronde van Vlaanderen la semana pasada: nunca debemos tomar las extraordinarias actuaciones de Mathieu van der Poel como algo normal. Su proeza en Parijs-Roubaix superó incluso la grandiosidad demostrada en el máximo evento del ciclismo flamenco.
Su asombrosa escapada comenzó en la zona trece de Orchies, a 60 kilómetros de la línea de meta, una sección no especialmente desafiante pero clave para acelerar. A diferencia de su estrategia en Flandes, donde esperó hasta el Koppenberg a 45 kilómetros de distancia, en esta ocasión demostró una superioridad rotunda, aumentando su ventaja hasta los tres minutos sobre sus perseguidores en el Vélodrome André Pétrieux.
Un camino al éxito meticulosamente planificado
Con importantes victorias y una destacada actuación en Milán-San Remo, Van der Poel ha tenido un inicio de temporada espectacular. Su preparación incluyó una prolongada concentración en Calpe, convirtiéndose este enclave en un elemento crucial para su formidable estado de forma. Adrie van der Poel, su padre, considera que este cambio ha sido fundamental en el desarrollo del ciclista neerlandés.
Adversidades superadas y hambre de victoria
A pesar de enfrentarse a lesiones y desafíos personales, como el incidente con unas jóvenes en Australia, Van der Poel ha demostrado una notable resiliencia. Estos contratiempos solo han avivado su deseo de triunfar, puntualizando que desde aquel incidente, su objetivo se centró en el Mundial de Glasgow.
La estrategia para el futuro y el enfoque en los Juegos Olímpicos de París 2024
El rendimiento de Van der Poel en esta temporada sugiere que podría alcanzar su pico de forma sin necesidad de participar en el Tour de Francia, abriendo la posibilidad de afrontar tanto la prueba de montaña como la de ruta en los Juegos Olímpicos sin una gran vuelta previa. Esta estrategia alternativa podría ser su clave para triunfar en París 2024.
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