El ciclismo es un deporte lleno de tradiciones, leyendas y, sobre todo, escenarios icónicos que han sido partícipes de momentos históricos. Uno de estos lugares es el Poggio di San Remo, una colina que, a simple vista, podría parecer trivial, pero que alberga una rica historia en el corazón de los aficionados al ciclismo.
Un Ascenso de Leyenda
Con tan solo 3.6 kilómetros de distancia y una elevación de 134 metros, el Poggio di San Remo presenta un promedio de inclinación del 3.7%. A pesar de estas cifras modestas, esta colina se convierte, cada año, en el foco de la competencia Milán-San Remo, cautivando a millones de aficionados.
Historia y Significado
Desde su inclusión en 1960 en la Milán-San Remo por Vincenzo Torriani, el Poggio se ha transformado en uno de los puntos cruciales de esta carrera clásica de primavera. Aunque por sí mismo el ascenso no parece desafiante, es la exhaustividad de los casi 290 kilómetros previos lo que lo convierte en un reto monumental.
Memorias de una Cuesta
La historia de este ascenso está marcada por momentos memorables, como en su debut cuando René Privat consiguió una victoria heroica partiendo de una fuga temprana. Otro recuerdo imborrable es el duelo entre Raymond Poulidor y Tom Simpson en 1964, entregando una de las batallas más épicas en la historia del ciclismo.
Versatilidad y Estrategia
A lo largo de los años, el Poggio di San Remo ha demostrado ser decisivo aún en presencia de otras cuestas añadidas al recorrido para aumentar la dificultad. Es su posición estratégica dentro de la carrera lo que lo ha mantenido como el escenario definitivo para ataques audaces y victorias memorables.
Un Ícono del Ciclismo
La reciente hazaña de Matej Mohoric en 2022, atacando en la bajada con la ayuda de un dropper post, reafirma el carácter legendario de esta colina. A pesar de su perfil modesto, el Poggio di San Remo es un símbolo cultural del ciclismo, una mezcla de asfalto y historia que sigue emocionando y entregando nuevos capítulos a la saga de este deporte.