La etapa inicial de la próxima edición del Giro d’Italia ya presentaba un reto notable, pero la organización ha decidido aumentar la dificultad introduciendo una exigente ascensión en los últimos cinco kilómetros.
Ruta modificada para incrementar el desafío
La etapa arrancará, como estaba previsto, en Veneria Reale y culminará en Turín. Los segmentos del Superga, conocido por la Milán-Turín, y el Colle Madolena, una elevación de 6,1 km al 7,4%, se mantienen en el itinerario. No obstante, han ocurrido ajustes significativos antes y después de esta última cuesta. Inicialmente, habría una sección plana entre el Superga y el Colle Madolena, pero ahora los corredores enfrentarán la pendiente de San Vito. Esta nueva inclusión mide cerca de un kilómetro y medio, con una inclinación promedio cercana al diez por ciento.
La San Vito, un doble desafío antes de la meta
La cuesta de San Vito se presentará no solo una, sino dos veces; la segunda, justo después del Colle Madolena (y un sprint intermedio recién agregado al recorrido). La cima de esta ascensión se encuentra a menos de tres kilómetros de la línea de meta. La distancia total de la etapa se ha extendido ahora a 143 kilómetros, en contraste con los 136 kilómetros originales.
Un cambio que podría beneficiar a Tadej Pogacar
Estas modificaciones en el recorrido parecen favorecer particularmente a Tadej Pogacar. El esloveno, que hace su primera aparición en el Giro d’Italia este año, podría tener una excelente oportunidad de vestir la maglia rosa desde el inicio, aunque tendrá que superar a competidores como Wout van Aert, que también debuta en el Giro.