Fresco inicio entre montañas majestuosas
Al salir del hotel, la fresca brisa matinal de las Dolomitas acaricia mis piernas. Es una mañana clara de finales de verano, perfecta para embarcarse en la aventura ciclista que espera a solo cien metros: la ascensión al Passo Campolongo, inicio de la mítica ruta Sellaronda.
El desafío de la Sellaronda
El corazón de las Dolomitas alberga la Sella, un imponente macizo que se erige majestuosamente sobre el paisaje. Rodeándolo, la Sellaronda, una ruta compuesta por cuatro pasos: Campolongo, Gardena, Sella y Pordoi, despliega sus 56 kilómetros de asfalto, convirtiéndose en un desafío accesible y visualmente estremecedor para ciclistas experimentados y aficionados por igual.
Una invitación especial
Participé en la Sellaronda Bike Day, un evento que celebra esta ruta cerrando el paso a vehículos motorizados dos veces al año. Iniciando desde Arabba, enfrenté primero el Passo Campolongo, calentando en sus amables pendientes, antes de sumergirme en la verdadera esencia de este recorrido: la camaradería y la inigualable belleza natural.
Un viaje a través del Sellamassief
Desde la cima del Campolongo, la ruta desciende hacia Corvara, ofreciendo una transición de frescas sombras forestales a vastos paisajes abiertos. Este cambio escénico marca apenas el comienzo de un trayecto lleno de retos y vistas espectaculares, con la subida al Passo Gardena revelando la monumentalidad del macizo de Sella.
La majestuosidad y el reto de la alta montaña
Alcanzar la cima del Gardena y luego descender entre las sombras del Sellamassief es un recordatorio de la pequeñez humana frente a la magnitud de la naturaleza. Sin embargo, la verdadera prueba llega con el Passo Sella y el Pordoi, cada uno presentando sus propias características únicas y desafiantes, mezclando la dureza del ascenso con la satisfacción de completar cada tramo.
Un final memorable
La culminación de esta experiencia es el Passo Pordoi y su cercano mausoleo de guerra, un lugar que invita a la reflexión sobre la historia y la belleza. El descenso final hacia Arabba es un merecido final, un espectáculo de curvas y velocidad que brinda una última dosis de adrenalina antes del regreso a la calma del valle.
La Sellaronda: Más que una ruta, una experiencia esencial
Recorrer la Sellaronda en bicicleta es una experiencia que trasciende el simple acto de pedalear. Es una jornada de descubrimiento personal, una inmersión en la majestuosidad del paisaje dolomítico y un encuentro con la historia y la cultura de esta región. Como ciclista, es un viaje que desafía, inspira y en última instancia, transforma.
Créditos
Esta aventura fue posible gracias a la invitación de Arabba, permitiéndome vivir y narrar la experiencia del Sella Ronda Bike Day desde una perspectiva única.