Un recorrido desafiante
Este año, la tradicional carrera Milán-Turín introdujo un recorrido más accidentado, destacando dos ascensos significativos: el de Prascorsano, con un 7% de inclinación a lo largo de 3.5 km, y el de Colleretto Castelnuovo, con un 3.9% a lo largo de 3.8 km. Tras superar el último obstáculo, aún quedaban 18 km hasta la meta, con kilómetros finales que también presentaban una ligera subida hacia Salassa.
Inicio de carrera
La etapa inicial vio una fuga temprana, sin nombres prominentes, formada por Mattéo Vercher (TotalEnergies), Marcel Camprubí (Q36.5) y Marco Murgano (Corratec-Vini Fantini), cuya ventaja nunca fue considerable y fueron alcanzados a unos 40 km del final.
Bettiol protagoniza la final
La competición se intensificó con las subidas. En Prascorsano, el equipo UAE Emirates intentó tomar el control, pero Alberto Bettiol, del EF Education-EasyPost, lanzó una espectacular ofensiva que le permitió distanciarse rápidamente del pelotón. Aunque su ventaja llegó a ser de 45 segundos, se redujo a 15 segundos debido al ritmo impuesto por BORA-hansgrohe y un ataque de Bob Jungels.
Una victoria agónica
Contra todo pronóstico, Bettiol mantuvo su ventaja. A pesar del esfuerzo de BORA-hansgrohe y UAE Emirates desde la segunda posición, no lograron organizar una persecución efectiva. Alberto Bettiol se alzó con la victoria, marcando un triunfo italiano en la carrera tras varios años.
UAE Emirates domina el podio
El equipo UAE Emirates, si bien no logró capturar a Bettiol, consiguió destacables segundo, tercero y cuarto puestos, con Jan Christen evadiendo el sprint por la segunda plaza y Marc Hirschi junto a Diego Ulissi completando los lugares de honor.