La Copa del Mundo en Val di Sole es tradicionalmente una competencia de ciclocross en la nieve. Durante un breve lapso, parecía que este año iba a ser diferente cuando el viernes pasado la nieve de repente desapareció. «Afortunadamente, una vez más, los dioses del tiempo nos han ayudado», dijo Chris Mannaerts, quien trabaja para Flanders Classics, a Sporza.
«Hubo ciertas dudas cuando el viernes pasado cayó mucha lluvia y la nieve desapareció repentinamente, pero el sábado fuimos nuevamente socorridos por los dioses del tiempo, con una gruesa capa de nieve. El clima ahora se mantiene constante. Es poco probable que caiga más nieve, pero la nieve acumulada tampoco se derretirá. Parece que hemos elegido la semana perfecta.»
En una carrera de ciclocross en condiciones de nieve, es necesario ajustar ocasionalmente el recorrido, explicó Mannaerts. «Para cada carrera, elaboramos un plan de antemano. Normalmente, el recorrido permanece 100% igual cuando comenzamos a construirlo, pero en una carrera en nieve siempre debemos improvisar un poco más. Si encontramos un punto de hielo en el recorrido original, intentamos desviar la ruta para no correr riesgos. Caer sobre el hielo siempre es más peligroso que caer sobre el barro.»
Por ejemplo, la bajada donde el año pasado Eli Iserbyt se cayó ha sido eliminada. «Por varias razones, pero también por seguridad. Sustituimos la subida por más giros y cambios de dirección, para reducir la pura velocidad y hacer que la parte técnica del ciclocross sea aún más interesante”, agregó Mannaerts.