Mathieu van der Poel ha cumplido con las expectativas de favorito de una manera grandiosa en la Ronde van Vlaanderen, haciendo una demostración de fuerza en el Koppenberg que dejó a casi todos sus rivales fuera de competencia. Esto marcó el inicio de un solo que lo llevaría a su tercera victoria en seis participaciones en la carrera más emblemática de Flandes.
Una victoria de supervivencia
Respirando con dificultad, Van der Poel reflexiona sobre su tercera victoria en la Ronde van Vlaanderen. «Fue una cuestión de supervivencia hoy. Para mí, fue la ronda más dura que he corrido, considerando las condiciones meteorológicas. Los últimos veinte kilómetros los hice casi sin ver. Estaba tan exhausto que apenas podía pensar. Todavía necesito procesar todo lo que ha pasado».
La diferencia en el Koppenberg
«La lluvia hizo que los ascensos en adoquines fueran complicados. Especialmente el Koppenberg, fue un desafío de deslizamientos y deslices hasta la cima. Allí logré una buena distancia, pero con el viento, aún estaba lejos. Conduje tan fuerte como pude, pero al final estaba totalmente desgastado», señala Van der Poel, resaltando el momento crucial de la carrera.
Un equipo extraordinario
Van der Poel continúa su relato sobre el Koppenberg: «Encontrar un buen ritmo fue muy difícil, pero el equipo estuvo fantástico. Les dije que mantuviéramos juntos hasta el Koppenberg. No esperaba quedarme solo. En la segunda vez en Kwaremont, empecé a avanzar. Ya no tenía la sensación correcta, pero estoy feliz de haberla recuperado».
Mirando hacia el futuro
Finalmente, Van der Poel reflexiona sobre su temporada y los próximos desafíos en Francia. Aunque después de una carrera tan exigente, prefiere no pensar aún en otras competencias. «Mi temporada ya es un éxito. No puedo empezar a pensar en Roubaix. Estoy completamente agotado en este momento».